Una prima hermana… muy exótica

Mi prima, en agosto de 1959 y en Málaga, con sus hermanos, su madre, su abuela y ¿un tío?, todos ellos malagueños -menos los niños.

No todo el mundo tiene la suerte que tengo yo; ni todo el mundo tiene una prima hermana tan buena y tan exótica como la que cumple años hoy.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS, primica!

Dicen que la sangre mezclada se enriquece, y la de mi prima lleva todas las cosas buenas de la sangre -y belleza- malagueña de su madre, y las virtudes y gracias -que también las tenemos- de la herencia baturra de su padre. Tiene la dulzura y la finura de los malagueños, y la nobleza y aguante de los baturros.

A esta mezcla explosiva de pasiones andaluzas y aragonesas, se suma la canela exótica de haber nacido en… Villa Cisneros, en el Sahara -cuando el territorio era colonia española. Eso de tener una prima «colonial» era una distinción insólita en el Teruel de todos los tiempos, y junto a su belleza andaluza, la convertían en la flor más exótica que han conocido mis paisanos.

Me acuerdo mucho, y todas horas, de ella, y me gustaría que pudiéramos compartir más tiempo juntas y algún viajecito a la tierra de nuestros amores declarados: Málaga.

De momento, le voy a regalar una fiesta y un bailecito por verdiales para que se vaya enterando de dónde tiene puestos sus afectos su prima hermana, la Porverita.