Mientras leéis el segundo capítulo del «Manual de verdiales para neófitos» del Alcalde de la Panda de Verdiales del Maestro de la Castañeta, quiero que escuchéis unas luchas que me han enviado, de la antigua Panda de Majallana, en las que participa el violín de Paco Reina y que agradezco un montón, desde aquí, a todos los participantes; se trata de tres pistas de una casete que se publicó con el nombre de Nuevos Horizontes. ¿en que año?
Esto es lo que nos cuenta la persona que nos ha enviado los audios:
«Se trata de la desaparecida Panda de Majallana (Juan Majallana era su alcalde). Dos de sus hijas como cantaoras (Noelia, que tendría unos 3 ó 4 años; y Rocío, la mayor). Al pandero creo que va Rafael Barba, maestro de escuelas de verdiales.
Paqui Corpas es la que hace esa entrada en la lucha orquestada.
También canta una chica que se llama Soledad y el «Panchurro«
Lo primero es una cosica muy extraña: unos verdiales «orquestados», cuya introducción abandolá y flamenca está a cargo de Paqui Corpas. Luego entra el violín -¡Qué violín, Dios mío!- y la Panda de Majallana, con la orquesta de fondo.
http://www.goear.com/files/externalpl.swf?file=74d87e9
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Vamos con el segundo capítulo del texto de
Salvador Pendón, un poético y sentido homenaje a la tierra de los verdiales.
Capitulo 2. La Geografía de los verdiales.
La zona de cultivo de la fiesta de verdiales comprende una región geográfica que, tomando la ciudad de Málaga como centro, se extiende en un radio de aproximadamente treinta kilómetros. Los límites quedan marcados por el río Guadalhorce al Oeste, la Sierra del Torcal al Norte y Comares por el Este. La separación más radical es la impuesta por el Guadalhorce pues mientras que en su margen derecha ni se cultiva ni gusta la fiesta, la ribera izquierda es eminentemente festera. Toda la tierra comprendida dentro de los límites señalados, exceptuando los núcleos urbanos es la artesa en la cual durante siglos, al amparo del hogar en las largas noches de invierno o bajo el limpio cielo estival, se ha ido amasando la más brava, pura y noble de las manifestaciones populares malagueñas. Arroyo Ancón, Jeva, Los Moras, Barranco del Sol, Verdiales, Jabonero, Santón Pitar, son algunos de los entrañables lugares testigos de la secular liturgia del hermanamiento del hombre con su semejante por medio de la expresión festiva.
Escarpados barrancos, umbrías cañadas, tierras riscosas y resecas conforman un paisaje que marca las señas de identidad de la fiesta, que no puede ser de otra manera viniendo de donde viene. Los espacios abiertos de la tierra que la vio nacer hicieron de ella una manifestación inapropiada para lugares cerrados, para escenarios donde la megafonía es imprescindible, para ser «enlatada» en discos. Su escenario natural sigue siendo, aún hoy, el más adecuado. La puerta de un lagar, la noche templada, el inmenso silencio del campo, la botella empinada que se pasa de uno a otro en festiva comunión y «venga fiesta, venga fiesta, hasta que amanezca el día«
(Salvador Pendón Muñoz. Ardales, Málaga. 1997)
Mañana más
P.S. Me voy a buscar un apodo verdialero para las entradas de la Fiesta. ¿Qué os parece «La Maña»?