Pues resulta que este viernes 8 de febrero, hay dos cosas muy interesantes (y diferentes) a las que me apetecería acudir, pero estos nuevos horarios de trabajo, estos fríos invernales y el insomnio rebelde que padezco, me tienen muy baja de forma.
En Valladolid actúa una cantaora que no conozco, pero que viniendo de las programaciones de Antonio Benamargo y su Gira Flamenca del Norte, tiene todas las garantías de ser algo bueno. Seguro. Se trata de Celia Romero, ganadora de la Lámpara Minera 2011, del Concurso de La Unión. Y encima le acompaña la guitarra que siempre he disfrutado y admirado de Paco Cortés. ¡Vaya programa bueno que tienen los amigos de la Seguiriya de Valladolid!
Por otra parte, en el Ateneo de Málaga, ese mismo viernes 8 de febrero se presenta un libro nuevo de dos investigadores, aficionados y maestros (que se apañan cantando flamenco también): Miguel López Castro y Manuel López García. Se trata de un librillo sobre Adolfo el Cuchillero, cantaor malagueño del que yo sólo conozco que haya tratado Pepe Luque.
Actúa una panda de verdiales, la panda Arroyo Gálica, que siendo muy nueva y muy joven, llevan un carrerón estupendo y que acompañados de maestros, amigos fiesteros y de la enorme afición de los miembros de la panda, hacen que aquello que hacen suene a verdadera «Fiesta de Montes».
No perdérselo, y que alguien me guarde un libro del Cuchillero pa’ que luego la Porverita se lo lea, y no llegue a hablar de él (por más que me guste) en este blog, por falta de cualidades e inspiración. Todavía tengo pendiente hablar del libro de estos mismos autores malagueños sobre Gitanillo de Vélez, libro buenísimo, con fotografías de quitar el sentido, y un estudio pormenorizado del contexto flamenco de la carrera de Gitanillo que me ha enseñado muchísimo sobre los ambientes flamencos de los años 70s en Málaga.
Espero poder vencer mi «galbana», mi timidez y reserva (ja ja jaaaaa) a hacer crítica literia y mi falta de inspiración para contar algo de lo que Miguel y Manolo investigan sobre el flamenco malagueño. ¡Dios me de fuerza! 😀